La pasada semana algunas comunidades autónomas de España sufrieron las consecuencias de la “lluvia de barro”.
Esta “lluvia de barro”, también es conocida como “lluvia de sangre” debido al color rojizo que la mezcla de polvo y agua puede dejar en las superficies. Este fenómeno es característico en la vertiente Mediterránea y lo habitual es que se dé en los meses de verano cuando hay mayor actividad tormentosa, aunque también se da con menor frecuencia en los meses de primavera y otoño.
Un par de días antes de que se produjese la “lluvia de sangre” estas comunidades autónomas habían sufrido la calima, más común en las Islas Canarias, por lo que sus cielos se veían cubiertos por una nube de polvo sahariano, por lo que al comenzar la lluvia, ésta se tradujo en una “lluvia de barro” que daña la pintura del vehículo y es necesario lavarlo cuanto antes para evitar que esto ocurra.
La lluvia de sangre es más frecuente en países del Sur de Europa debido a su cercanía al Sáhara. Desde los años 90 se está apreciando un aumento de este fenómeno, cada vez es mucho más común que se dé en Italia, Grecia, el norte de África y la Península Ibérica. Se puede pensar que este fenómeno es fruto del cambio climático que estamos sufriendo debido al aumento de las temperaturas pero es cierto que ya antiguamente sucedía, testigo de ello es que apareció por primera vez en la “Ilíada” de Homero escrita en el siglo VIII a.C. Según podemos saber, antiguamente cuando se daba este fenómeno se creía que era sangre de verdad y que era provocada por una crisis en las relaciones entre los dioses y los humanos o desechos de los OVNIs que traería con ella grandes males y catástrofes, incluso el Apocalipsis.
El fenómeno no es perjudicial para la salud pero sí que puede traer consecuencias negativas para los objetos sobre los que se deposita, como comentábamos, en especial le afecta a la carrocería de los vehículos. Aunque la calima que se sufrió un par de días antes sí tiene consecuencias como la falta de visibilidad, problemas respiratorios e irritación de las mucosas. Ante estas consecuencias se recomienda no practicar deporte al aire libre, mantener las ventanas cerradas e ingerir mucha agua para evitar la deshidratación.
Desde CHAPALINE (C/ Ayamonte 17, 29004 Málaga) realizan unas recomendaciones a seguir cuando nos encontramos el vehículo cubierto por el barro que deja esta “lluvia de sangre”:
- Debemos limpiar el vehículo cuanto antes, ya que si el barro llega a secarse las consecuencias son más negativas, es más difícil de limpiar y, además, daña la pintura. En el caso de que el barro se haya secado es necesario utilizar agua tibia para ablandarlo y limpiarlo adecuadamente sin dañar la carrocería.
- No debemos limpiarlo con cualquier paño o esponja, lo ideal es utilizar un paño suave de microfibra o similar que sea adecuado para la carrocería y no dañe la pintura. Sin olvidarnos de elegir un champú adecuado y que respete la carrocería del vehículo.
- En el momento de limpiar el vehículo deberemos hacerlo de arriba abajo, empezando por el techo del vehículo y acabando por las llantas, para no ensuciar lo que hayamos limpiado. No podemos olvidarnos de las zonas bajas del coche, ya que ahí se acumula una gran cantidad de polvo y suciedad.
- Para no rayar la pintura tenemos que empezar a limpiarlo con agua a presión hasta que hayamos retirado la mayor parte de polvo, una vez acabemos ya podemos pasar a limpiarlo con un paño de microfibra.
- En el caso de que se hayan producido pequeños golpes o roces sería preferible acudir a un taller de chapa y pintura en el que los reparen para evitar posibles problemas de oxidación y corrosión de la carrocería.
Estos consejos son válidos también cuando el vehículo está cubierto por resina de los árboles o excrementos de aves.
La “lluvia de sangre” ha provocado que durante el fin de semana los lavaderos de coches experimentaran un aumento de clientes y que hubiese colas para lavar los vehículos.
Una vez pasada esta “lluvia de sangre” para mantener la carrocería del vehículo como recién sacado del concesionario deberíamos seguir estos consejos:
- Estacionar el coche en garaje siempre que sea posible, ya que de esta forma la carrocería del vehículo no está expuesta a los fenómenos atmosféricos ni a los rayos ultravioletas. No obstante también debemos vigilar que las plazas no sean muy estrechas para que otros vehículos no nos den al abrir y cerrar las puertas y que del techo no caigan gotas que puedan provocar manchas en la carrocería.
- Lavar el vehículo cada 4/6 semanas, de esta forma nos aseguramos eliminar la suciedad del día a día que pueda tener el vehículo, como excrementos de ave, restos de insectos, gasolina, alquitrán del asfalto. Es recomendable lavar el vehículo después de un viaje largo para eliminar los restos de insectos.
- Proteger la pintura del sol durante estacionamientos prolongados, los rayos del sol son muy perjudiciales con los colores y sobretodo con aquellos que son más vivos como los rojos, los amarillos y los azules sólidos, por lo que si el coche va a estar estacionado durante un largo periodo en la calle lo recomendable es que esté en un lugar resguardado.
- Escoger lugares sin aglomeraciones, para evitar posibles roces en la carrocería de tu vehículo en zonas de mucha afluencia es recomendable alejarse de las aglomeraciones y estacionar el vehículo alejado de éstas aunque sea necesario caminar un poco.
- Evitar los auto lavados y sobre todo los que tengan aspecto de viejos y descuidados, ya que nos pueden provocar micro arañazos en la pintura del vehículo muy visibles en vehículos de colores oscuros cuando la luz del sol incide directamente sobre ellos.
- Evitar productos inadecuados en la limpieza del vehículo como escobas viejas o lejía, lo correcto es utilizar productos que respeten la carrocería del vehículo y no la dañen. Además, siempre que sea posible es preferible lavarlo a mano.
- No estacionar bajo los árboles debido a la resina que desprenden, difícil de eliminar con un sólo lavado, y los excrementos de aves que habitan en ellos.