El invierno ha llegado definitivamente y, aunque la Navidad nos ha dado un respiro, las bajas temperaturas vuelven. Estas condiciones climáticas pueden afectar al funcionamiento de tu coche. Además de que el vehículo consumirá más combustible durante los meses más fríos, hay otros detalles como los líquidos y la batería que es mejor tener controlados antes de salir de viaje.
También es importante contar con cadenas o neumáticos de invierno si vamos a dirigirnos a zonas donde el clima puede haber provocado una nevada. Pero si quieres estar tranquilo a la hora de sentarte al volante de tu coche, lo mejor es que tengas en cuenta estos consejos:
1. Asientos calefactables. No todos los vehículos disponen de esta comodidad, pero lo cierto es que si el tuyo sí, no deberías abusar de ellos. Demasiado calor puede provocar somnolencia. Es mejor que lo enciendas nada más entrar en el coche y los apagues en cuanto hayas entrado en calor.
2. Llevar puesto el abrigo en el interior del vehículo. Además de que limitan la capacidad de movimiento y pueden afectar a la rapidez de nuestras reacciones en situación de riesgo, los abrigos pueden provocar dificultades para que los cinturones de seguridad cumplan su función. Sobre todo, en el caso de niños pequeños que viajen en sillita, evita los abrigos para que en caso de accidente las sujeciones puedan agarrarlos bien y no se encuentren con una tela resbaladiza que limita su efectividad.
3. Guantes. Conducir con guantes no es una buena idea. La sujeción y sensibilidad de nuestras manos se verá sensiblemente mermada.
4. Cuidado con el vaho. En cuanto veas los primeros indicios enchufa el aire acondicionado a tope y dirigelo hacia las lunas. Es importante que este fenómeno no limite tu visibilidad en carretera.
5. Si tu coche es diésel y duerme en la calle, deberás controlar que no se haya congelado el combustible tras una intensa noche de frío